Hace unos días el presidente del Sevilla ha declarado en una rueda de prensa que la remodelación del Sánchez Pizjuan no comenzará hasta que no se tenga disponible el dinero para hacer la obra.
Del Nido argumentó que él y su consejo no llevarían otra vez al Club a la crisis que sufrió con la construcción del Sánchez Pizjuan, y aclaró que la remodelación de la “Bombonera” no podía repercutir en los presupuestos anuales del Club.
Estas declaraciones han creado cierta inquietud en los aficionados sevillistas-principalmente en los más jóvenes- que desconocen la situación de crisis que entró el Sevilla en la década de los años cincuenta con motivo de la construcción de nuestro estadio. Este comentario va un tanto dirigido a ese sector de aficionados y le explico lo que pasó. Los que como yo peinan canas sabemos del bajón institucional y deportivo que sufrió nuestro querido Sevilla FC, en esa época.
Antes que referirme al tema en si, quiero desde mi modesta tribuna decirles a todos esos que se sienten inquieto, que el Consejo está llevando el tema por un magnifico camino y que con casi toda seguridad las obras comenzarán en las fechas calculadas, es decir al comienzo de la próxima temporada.
En 1937, Ramón Sánchez Pizjuan adquiere 42.000 metros cuadrados al lado del estadio de Nervión, a 9 pesetas el metro cuadrado. El coste total asciende a 378.000 pesetas para lo que se pide un préstamo que con el 3% de recargo habría de liquidarse en los próximos 25 años. Es decir que la deuda no finaliza hasta 1962. En 1954 comienza a gestarse la construcción del nuevo Sánchez Pizjuan, el presupuesto inicial es de 23,5 millones de pesetas. El presidente Sánchez Pizjuan comienza a buscar dinero para costear la obra del nuevo estadio cuando le sorprende la muerte en octubre de 1956. Esto precipita el comienzo de las obras por parte del sucesor de Sánchez Pizjuan para honrar la muerte del inigualable presidente y para cumplir su más importante deseo. Cuando se aprueba el presupuesto del nuevo estadio, este ya asciende a 50 millones de pesetas. La firma catalana Ingar comienza la obra que se acuerda pagar con un crédito que se reparten al 50% la Caja de Ahorro y el Banco Español de Crédito.
Cuando se inaugura el campo el 7 de septiembre de 1958, con el amistoso ante el Real Jaén solo está construido el 75% del campo. Faltan las gradas de los goles. Aparece la crisis económica y las distintas directivas no encuentran otro camino que el vender jugadores para afrontar las deudas. Pepillo, Pereda, Agüero, Szalay, Oliveros, Ruiz Sosa, Gallego…son vendidos para nivelar los presupuestos. Evidentemente esto se deja notar en el rendimiento del equipo que en los años 40 había logrado títulos y llegado a finales y a partir de 1958, comienza un declive insostenible. En 1975, se termina definitivamente el estadio y solo hacer las gradas que le faltaban suma 78 millones más. Hasta 1978, no se hace un fichaje realmente importante, este es el mundialista Bertoni que es parcialmente pagado por los aficionados.
Posteriormente la remodelación que se le hace al Sánchez Pizjuan con motivo del Mundial de España, hace que el Sevilla se embarque en una deuda de 400 millones de pesetas, que en un principio dicen que pagaría la Delegación Nacional de Deportes, pero que posteriormente no sería así.
Por ello creo que la postura del actual Consejo de no hipotecar al Club y de no tocar los presupuestos ordinarios es la más coherente que se puede emprender.

Del Nido argumentó que él y su consejo no llevarían otra vez al Club a la crisis que sufrió con la construcción del Sánchez Pizjuan, y aclaró que la remodelación de la “Bombonera” no podía repercutir en los presupuestos anuales del Club.
Estas declaraciones han creado cierta inquietud en los aficionados sevillistas-principalmente en los más jóvenes- que desconocen la situación de crisis que entró el Sevilla en la década de los años cincuenta con motivo de la construcción de nuestro estadio. Este comentario va un tanto dirigido a ese sector de aficionados y le explico lo que pasó. Los que como yo peinan canas sabemos del bajón institucional y deportivo que sufrió nuestro querido Sevilla FC, en esa época.
Antes que referirme al tema en si, quiero desde mi modesta tribuna decirles a todos esos que se sienten inquieto, que el Consejo está llevando el tema por un magnifico camino y que con casi toda seguridad las obras comenzarán en las fechas calculadas, es decir al comienzo de la próxima temporada.
En 1937, Ramón Sánchez Pizjuan adquiere 42.000 metros cuadrados al lado del estadio de Nervión, a 9 pesetas el metro cuadrado. El coste total asciende a 378.000 pesetas para lo que se pide un préstamo que con el 3% de recargo habría de liquidarse en los próximos 25 años. Es decir que la deuda no finaliza hasta 1962. En 1954 comienza a gestarse la construcción del nuevo Sánchez Pizjuan, el presupuesto inicial es de 23,5 millones de pesetas. El presidente Sánchez Pizjuan comienza a buscar dinero para costear la obra del nuevo estadio cuando le sorprende la muerte en octubre de 1956. Esto precipita el comienzo de las obras por parte del sucesor de Sánchez Pizjuan para honrar la muerte del inigualable presidente y para cumplir su más importante deseo. Cuando se aprueba el presupuesto del nuevo estadio, este ya asciende a 50 millones de pesetas. La firma catalana Ingar comienza la obra que se acuerda pagar con un crédito que se reparten al 50% la Caja de Ahorro y el Banco Español de Crédito.
Cuando se inaugura el campo el 7 de septiembre de 1958, con el amistoso ante el Real Jaén solo está construido el 75% del campo. Faltan las gradas de los goles. Aparece la crisis económica y las distintas directivas no encuentran otro camino que el vender jugadores para afrontar las deudas. Pepillo, Pereda, Agüero, Szalay, Oliveros, Ruiz Sosa, Gallego…son vendidos para nivelar los presupuestos. Evidentemente esto se deja notar en el rendimiento del equipo que en los años 40 había logrado títulos y llegado a finales y a partir de 1958, comienza un declive insostenible. En 1975, se termina definitivamente el estadio y solo hacer las gradas que le faltaban suma 78 millones más. Hasta 1978, no se hace un fichaje realmente importante, este es el mundialista Bertoni que es parcialmente pagado por los aficionados.
Posteriormente la remodelación que se le hace al Sánchez Pizjuan con motivo del Mundial de España, hace que el Sevilla se embarque en una deuda de 400 millones de pesetas, que en un principio dicen que pagaría la Delegación Nacional de Deportes, pero que posteriormente no sería así.
Por ello creo que la postura del actual Consejo de no hipotecar al Club y de no tocar los presupuestos ordinarios es la más coherente que se puede emprender.

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