Se acabó. Se hizo oficial la rescisión de forma unilateral del contrato que ligaba al Sevilla a Juande Ramos. Se produjo a través del Real Decreto 1006/85. Ahora deberá ser un juez el que decida cuál es la indemnización que tiene que abonar por ese hecho.
Realmente lo esperaba después de las noticias comentadas desde ayer, más aún habiendo aparecido ya informaciones sobre el interés del Tottenham y las posibles reuniones mantenidas en el pasado mes de Agosto.
Pero no por ello me han gustado las formas ni el momento. Se ha producido con nocturnidad y alevosía, en las vísperas de una de las semanas más trascendentes del campeonato, sin previo aviso, en mitad de una temporada marcada por todo menos por lo deportivo. De un día para otro. Visto todo lo que está pasando en los últimos meses no se podría esperar que esto ocurriera de otra manera.
Cierto es que la oportunidad que se le brinda desde el punto de vista económico y deportivo es enorme. Se va a un club en horas bajas, muy bajas, pero con un potencial en su plantilla cuanto menos no demasiado inferior al del Sevilla, diría que muy similar o incluso superior. Con unas atribuciones que no se conocen excesivamente en España, con mucho protagonismo en la contratación de jugadores y unas prestaciones económicas insuperables. Tanto en los emolumentos que recibirá como en la disponibilidad que le dará su presidente para conformar la plantilla.
Pero uno no entiende que se produzcan en estos momentos y más después de haber dicho por activa y por pasiva que no saldría de la entidad hasta Junio. Menos aún lo entiendo con el sentimiento sevillista que corre por mi cuerpo.
Aunque Juande no es sevillista, esa es la diferencia entre lo que sentimos nosotros y lo que siente él. El de Pedro León no mira sus sentimientos, sino su proyección y su cartera. Incluso salen informaciones sobre que no dará una rueda de prensa-cosa que no puedo confirmar- y que utiliza su página web para despedirse de la afición.
Cada cual que saque sus conclusiones.
A REY MUERTO, REY PUESTO
Lo único importante en el club es la afición, la bandera y el escudo, así se ha repetido hasta la saciedad. Y así debemos empezar a pensar, desde mi punto de vista sin rencores, pero sin compartir las decisiones del ex técnico.
El sustituo de Juande parece que será Manolo Jiménez, al menos de momento, aunque sin existir todavía confirmación oficial del club. Eso es lo que ha venido comentando la prensa durante todo el día.
Por mi parte total confianza en el nuevo técnico, que sube desde el filial. Sevillista de toda la vida, vinculado toda su carrera profesional a la entidad. Está claro que su dedicación y empeño serán máximos. Cierto es que no tiene excesivo cartel profesional ni es mediático. Su único trabajo en los banquillos ha sido en el filial sevillista, llevándolo hasta la segunda división.
Pero analizándolo por su recorrido, que no lo he seguido de manera asidua-sí bastante más en la segunda división- podemos confiar en que tratará de cambiar las mínimas cosas posibles.
Utiliza el 4-4-2 con doble pivote y delanteros escalonados como sistema prioritario o el alternativo 4-4-1-1, con un mediapunta por detrás del punta. Le gusta que su equipo intente elaborar el juego cuando tiene que llevar la iniciativa, tratando en la medida de lo posible evitar el fútbol directo. Busca la amplitud con dos jugadores bien abiertos en bandas a los que trata de buscar bastante para que otorguen profundidad al juego. Y no coarta la subida de sus laterales en fase ofensiva.
Maneja unos conceptos bastante similares a los que hemos estado viendo en las dos últimas temporadas en el equipo. Conoce la plantilla como pocos entrenadores que pudieran llegar y dará alternativa a algunos jugadores del filial como Crespo o Fazio con mayor asiduidad de la que venía haciéndolo hasta ahora Juande, que pueden ser muy válidos en el primer equipo.
A esto le tenemos que unir su sentimiento, sus cojones, y la ilusión que tendrá como sevillista. En su contra sólo la inexperiencia en el máximo nivel profesional y saber si podrá manejarse con tantos focos cerca de él, en primera línea y sí será capaz de aguantar la gran presión mediática que le rodeará.
Pero condicionantes tiene para ser un buen entrenador para el club. Ahora toca pensar en el Valencia y tratar de ir a por todas contra ellos. A ver si de una vez por todas empezamos a hablar de fútbol de manera habitual y no de todo el circo que está rodeando al club esta temporada.
Se fue Juande, nos dejó 5 títulos, pero la vida continua y el Domingo hay partido en el Sánchez- Pizjuán.
Realmente lo esperaba después de las noticias comentadas desde ayer, más aún habiendo aparecido ya informaciones sobre el interés del Tottenham y las posibles reuniones mantenidas en el pasado mes de Agosto.
Pero no por ello me han gustado las formas ni el momento. Se ha producido con nocturnidad y alevosía, en las vísperas de una de las semanas más trascendentes del campeonato, sin previo aviso, en mitad de una temporada marcada por todo menos por lo deportivo. De un día para otro. Visto todo lo que está pasando en los últimos meses no se podría esperar que esto ocurriera de otra manera.
Cierto es que la oportunidad que se le brinda desde el punto de vista económico y deportivo es enorme. Se va a un club en horas bajas, muy bajas, pero con un potencial en su plantilla cuanto menos no demasiado inferior al del Sevilla, diría que muy similar o incluso superior. Con unas atribuciones que no se conocen excesivamente en España, con mucho protagonismo en la contratación de jugadores y unas prestaciones económicas insuperables. Tanto en los emolumentos que recibirá como en la disponibilidad que le dará su presidente para conformar la plantilla.
Pero uno no entiende que se produzcan en estos momentos y más después de haber dicho por activa y por pasiva que no saldría de la entidad hasta Junio. Menos aún lo entiendo con el sentimiento sevillista que corre por mi cuerpo.
Aunque Juande no es sevillista, esa es la diferencia entre lo que sentimos nosotros y lo que siente él. El de Pedro León no mira sus sentimientos, sino su proyección y su cartera. Incluso salen informaciones sobre que no dará una rueda de prensa-cosa que no puedo confirmar- y que utiliza su página web para despedirse de la afición.
Cada cual que saque sus conclusiones.
A REY MUERTO, REY PUESTO
Lo único importante en el club es la afición, la bandera y el escudo, así se ha repetido hasta la saciedad. Y así debemos empezar a pensar, desde mi punto de vista sin rencores, pero sin compartir las decisiones del ex técnico.
El sustituo de Juande parece que será Manolo Jiménez, al menos de momento, aunque sin existir todavía confirmación oficial del club. Eso es lo que ha venido comentando la prensa durante todo el día.
Por mi parte total confianza en el nuevo técnico, que sube desde el filial. Sevillista de toda la vida, vinculado toda su carrera profesional a la entidad. Está claro que su dedicación y empeño serán máximos. Cierto es que no tiene excesivo cartel profesional ni es mediático. Su único trabajo en los banquillos ha sido en el filial sevillista, llevándolo hasta la segunda división.
Pero analizándolo por su recorrido, que no lo he seguido de manera asidua-sí bastante más en la segunda división- podemos confiar en que tratará de cambiar las mínimas cosas posibles.
Utiliza el 4-4-2 con doble pivote y delanteros escalonados como sistema prioritario o el alternativo 4-4-1-1, con un mediapunta por detrás del punta. Le gusta que su equipo intente elaborar el juego cuando tiene que llevar la iniciativa, tratando en la medida de lo posible evitar el fútbol directo. Busca la amplitud con dos jugadores bien abiertos en bandas a los que trata de buscar bastante para que otorguen profundidad al juego. Y no coarta la subida de sus laterales en fase ofensiva.
Maneja unos conceptos bastante similares a los que hemos estado viendo en las dos últimas temporadas en el equipo. Conoce la plantilla como pocos entrenadores que pudieran llegar y dará alternativa a algunos jugadores del filial como Crespo o Fazio con mayor asiduidad de la que venía haciéndolo hasta ahora Juande, que pueden ser muy válidos en el primer equipo.
A esto le tenemos que unir su sentimiento, sus cojones, y la ilusión que tendrá como sevillista. En su contra sólo la inexperiencia en el máximo nivel profesional y saber si podrá manejarse con tantos focos cerca de él, en primera línea y sí será capaz de aguantar la gran presión mediática que le rodeará.
Pero condicionantes tiene para ser un buen entrenador para el club. Ahora toca pensar en el Valencia y tratar de ir a por todas contra ellos. A ver si de una vez por todas empezamos a hablar de fútbol de manera habitual y no de todo el circo que está rodeando al club esta temporada.
Se fue Juande, nos dejó 5 títulos, pero la vida continua y el Domingo hay partido en el Sánchez- Pizjuán.
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