Ya fletan los buques de guerra. Ya sale en aviones el ejército rojiblanco. Ya tiembla Glasgow bajo el son del Arrebato. Ya huele a pólvora en los tacos de los delanteros carmesí. Ya rompen el viento las gargantas de Nervión. Ya lucen las banderas cien estrellas cada una y las bufandas mueven el viento que hace bailar el sueño de los sevillistas. Ya comienza la cuenta atrás. La Copa nos espera. No nos detengamos, luchemos hasta el final. Por el camino han caído bárbaros, anglosajones, vikingos nederlandeses, fríos ucranios, lusitanos de Lisboa, vascongodas y, ahora, “Los Pericos”. Sentemos las bases del Imperio Rojiblanco, hagamos de esta guerra un infierno sevillista. Construyamos en Hamden Park un nuevo fortín, acampemos en George Square, gritemos el canto de guerra, cantemos el grito de lucha. Vamos mi Sevilla, vamos campeón. Una nueva final, un nuevo sueño, ilusión tras ilusión, goles y más goles, victorias, derrotas y sinsabores, vamos Sevilla. Levantémonos sevillistas, alcemos la voz: “Vamos mi Sevilla, vamos campeón…”. La copa nos está esperando, ella nunca quiso irse. La copa que nos cambió la vida. Qué gran verdad. La Copa que nos vio luchar por ella en Gelsenkirchen, donde el mas carmesí se dio cuenta de lo que era capaz, que era un Tsunami. La Copa que sufrió con nosotros en la Final, la Coap que paseó por Sevilla y sonrió a cada uno de los que llevábamos la bufanda del color de nuestra sangre. La Copa que se asomó por el ayuntamiento y vio el mayor ejército uqe la defendió nunca. La Copa que quiere volver a casa, a su casa, a Sevilla. La Copa de la U.E.F.A. tiene que ser nuestra. Arriba sevillistas, arriba gladiadores, vamos a por la U.E.F.A. Venzamos a los enemigos, luchemos cara a cara con el rival. Adelante gladiadores, nosotros os escoltaremos.
Vamos mi Sevilla, vamos campeón…
Alejandro González.
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