ÚLTIMA ACTUALIZACIÓN: JUEVES 29 DE MAYO

Ni tan bueno, ni tan malo. Por Agustín Rodríguez.

Los sevillistas no debemos y no podemos entrar en esa dinámica mediática de querer poner las cosas enormemente negra porque hayamos perdido tres partidos seguidos.


Los sevillistas estamos en la obligación de utilizar ese dicho de “echar el balón abajo” y contemporizar la jugada y la situación.

Perder en nuestro estreno en la champions ante un rival como el Arsenal que sin duda es uno de los equipos mejores del mundo, no es ningún desmerito. Se puede argumentar que quizás la forma de cómo se perdió es bastante cuestionable.

Perder en la Liga ante el FC Barcelona en el Nou Camp por la mínima y con la ayuda del colegiado de turno, también es altamente probable. También cabe cuestionar la forma de cómo se ha producido la derrota.

Y finalmente, perder ante el Español-esto es cierto que no entraba dentro de nuestros cálculos-pero que se puede perder ante cualquier equipo y no hay que darle más importancia. Aún con todos los fallos tácticos que se dieron en este encuentro, los fallos de Kerzhakov ante el gol, la blandura del centro de la defensa y la pérdida de la “chispa” por las bandas a la que nos han acostumbrado nuestros técnicos y jugadores, aún asi el resultado debió ser otro muy distinto. Tras el empate a dos goles el Sevilla creó cinco o seis ocasiones clarísimas.

Si alguien quiere ver “cismas” en el rendimiento de los jugadores o en el banquillo, es simplemente porque es un mal pensado y un pesimista si es referente a un aficionado. Si es en referencia a un “informador de un medio” es claramente un manipulador.

Ni Juande Ramos está siendo cuestionado por su trabajo, ni está fallando a conciencia, lo mismo hay que hacerlo extensivo a todos los profesionales de la plantilla.

No puede entrar en la cabeza de nadie que esté en sus cabales que un profesional juegue o dirija mal a conciencia. Sencillamente porque eso sería tirar piedras sobre su propio tejado. Estoy seguro, segurísimo que cuando el entrenador finiquite su trabajo allá por el mes de junio del próximo año, querrá llevar en su dossier no cinco títulos, si no ocho. Cuanto más mejor porque entre otras cosas su nivel de exigencia al club donde vaya a trabajar será mucho más alto con ocho títulos que con cinco ¿o no?

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