ÚLTIMA ACTUALIZACIÓN: JUEVES 29 DE MAYO

Reflexiones desde mi balcón

Yo siempre he presumido de tener un balcón a Nervión. Mi lugar en el Sánchez Pizjuan siempre ha sido para mi un tesoro. Para mi y para todos mis compañeros que ya no están allí conmigo porque han tenido que emigrar. Esto es como el cambio climático. Las especies que siempre han habitado en aquel paraje han tenido que emigrar a la fuerza. A la fuerza de la clavada vergonzosa que hemos sufrido por parte del clima. Muchos han tenido que irse y abandonar su Nido

Algunas aves hemos permanecido allí. Nos pusimos la vaselina y nos quedamos. Y por eso hemos podido comprobar en vivo y en directo como aquel paraje se ha llenado de nuevos “pájaros”. Unos pájaros raros o pájaros de barro, como diría el Gran Manolo García. Esto es todo consecuencia del cambio climático.

Cuando hablo metafóricamente del cambio climático evidentemente me estoy refieriendo al cambio brutal que está experimentando el Sevilla Fútbol Club. Esto es algo de lo que me enorgullezco realmente. Ver al Sevilla pelear por cotas altas es lo que siempre he soñado. Y ahora lo estoy viviendo. Pero esto ha traído consigo un sunami que nos ha cogido a muchos desprevenidos. El consejo con su presidente a la cabeza nos ha vendido la moto de que para pelear con la élite había que subir de esa manera los abonos, por ejemplo, además de otra serie de medidas antipopulares que estos dirigentes han adoptado. Bien, el sevillismo lo ha aceptado. Hemos pasado por el aro y ahí estamos, como siempre. Porque yo ahora me asomo a mi balcón y veo caer una y otra vez al Madrid, al Barcelona. Veo semana tras semana partidos europeos cuando antes se veía uno de higos a brevas. Pero también vi desde ese mismo balcón al Mallorca B humillarnos y al Isla Cristina eliminarnos de la Copa, por ejemplo.

Vale, aceptamos el abuso como animal de compañía. Todo sea por la grandeza.

Pero ahora viene la segunda parte. Y la segunda parte es que, por consiguiente (como diría aquel), ahora la afición sevillista tiene derecho a ejercer como afición de equipo de élite. ¿O esto no? No, parece que esto es la ley del embudo. Ahora resulta que debemos ver, oir y callar.

No señor, las aficiones de equipos de élite son exigentes hasta decir basta. Ahí hemos visto a la del Valencia cargarse al técnico y están en liga de campeones. Ahí vemos a la del Madrid, que no pasa ni una. Ya tenemos el debate en Barcelona para quitar de enmedio al técnico holandés.

Entonces, ¿a que carta jugamos aquí? Si un jugador hace en el Madrid el partido que hizo Mosquera el domingo no juega más allí. Sin piedad, sería fulminado. Sin piedad alguna, al igual que tampoco se ha tenido desde el club con la afición. Esto es así. ¿Hacer leña del árbol caido? No hombre, esto no es eso. Esto es ser coherente. Eso del “manque pierda” ¿no era el lema de otros?

En el anterior post no quise hacer sangre con el tema Mosquera porque me dio hasta pena del chaval. Pero una cosa es eso, apoyar y otra que nos quieran hacer pasar por imbéciles. Escuchar ayer a Jiménez decir literalmente que Mosquera había hecho un “partido impresionante” me toco las narices. Yo estas catetadas no las soporto. Aquí si somos de élite hay que serlo para todo. No podemos ser de élite para unas cosas y para otras parecer que estamos en el Mosquito de Alcalá. Mosquera hizo el ridículo y si bien no hay que insidir en ello tampoco querer que seamos imbéciles.

El presidente tiene un discurso grandilocuente, de aires de grandeza. Nos vende continuamente que esto es solo el comienzo. Amenaza sin pudor al que “ose si quiera dudar de este proyecto” Que lo mejor está por llegar. Y por lo tanto, yo como aficionado que he pagado un abono acorde con ese discurso, quiero verlo reflejado en hechos. Si el Sevilla ha pagado un dineral por un defensa y está pegando un petardazo hay que denunciarlo. Esto es así en un equipo de élite.

No hay cosa que mas me indigne que me quieran hacer pasar por tonto o que me traten con falso paternalismo. Para mi Jiménez fue un gran jugador de fútbol, que se ganó el respeto de la afición jugando al fútbol. Ahora está entrenando en la élite y se tiene que ganar el respeto como eso, como entrenador. No le vale el saldo que tenía porque es incompatible. Y eso del pasteleo de que es “uno de los nuestros” no me vale. Eso son cosas de equipos humildes. Ese discurso no encaja con lo de lo mejor está por llegar. Si Manolo Jiménez triunfa grandiosamente seré el primero en alegrarme porque será el triunfo del Sevilla. Pero esto de tener que estar ahora con paños calientes, sin poder expresar la realidad de las cosas, no va con la grandeza. La grandeza tiene su parte buena pero también tiene su parte negativa que es simplemente que te van a exigir como a eso, como a un grande.

Yo siempre he defendido que era mejor un discurso por parte del presidente de humildad, de tener los pies en el suelo, de hacer ver que el Sevilla no es un grande de verdad. Esta opinión no gusta a la mayoría. Gusta más el populismo por lo que he podido comprobar. Y como esto es lo que gusta supongo que será entonces respetable y aceptable al aficionado exigente y que no esté de acuerdo con cosas que ve que no encajan con ese discurso.

Para mi, y esta opinión es personal y por eso la plasmo aquí, Juande Ramos ha sido el mejor entrenador que ha pasado por aquí en la historia. Se merece un respeto. Ahora se está maltratando desde distintos puntos. En cierto modo lo entiendo. Entiendo que esto ocurra porque el fútbol mezclado con razonamiento es un cocktail difícil de encontrar. Pero lo que ha pasado en el Sevilla este año es para reflexionar. Y es que para mi el proyecto del Sevilla de Juande estaba inacabado y no es normal lo que ha pasado. Comprendo que la marcha de Juande tiene como culpable directo al propio Juande. Pero yo, como aficionado exigente que ha pagado como abonado a equipo de élite, estoy muy decepcionado con el hecho de que mi club, un club grande, el mejor club del mundo, sea abandonado de esta manera por su técnico. Y lo digo como lo pienso.

Nos han colocado como técnico a Manolo Jiménez. Vale, lo aceptamos. Creo además que era la opción más lógica a esas alturas. Pero no comencemos con el victimismo y con el pasteleo del “manque pierda” porque por eso yo no paso. Si hacemos el ridículo se dice claramente y se le exige a los jugadores que no vuelvan a hacerlo. ¿Que es esto de hacer lo blanco negro?

Esto de pedir a la afición que apoye, que arrope a Mosquera……..Miren, esos habitantes del voladizo de preferencia de toda la vida, que se han tenido que ir de su sitio por las exigencias del club, han estado allí apoyando contra el Leganés y contra el Eibar. Se han tenido que ir porque no han podido o querido pasar por el aro de unos precios de abuso total. Otros hemos pasado por el aro. Ahora ya no nos pidan pasteleo, ahora somos nosotros los que pedimos, los que exigimos.

Beso por donde pisan los jugadores. Pero los jugadores que nos han dado la gloria. Ahora están llegando otros, nuevos, a cambio de cantidades importantes de dinero, jugadores supuestamente de élite y como tal hay que exigirles. ¿Arropar? Arropar hay que arropar a Crespo o a Capel y sin embargo siempre nos ha encantado lo contrario, desarropar a los nuestros.

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