ÚLTIMA ACTUALIZACIÓN: JUEVES 29 DE MAYO

Valencia C.F. 1 - Sevilla F.C. 2. ¿Es ése nuestro futuro?.

La victoria cosechada en Mestalla ante el peor Valencia de la última década tiene un significado muy especial para el que esto escribe. Deportivamente este resultado es muy positivo. Afianza nuestra posición en puestos UEFA, da moral a la plantilla, tranquilidad y nos sitúa al acecho de la tercera y cuarta plaza que dan acceso a la Ronda Previa de la Champions.

Sin embargo, lejos de lo deportivo, la noche de hoy me dejaba una reflexión que considero que los sevillistas debemos de realizar en este momento crucial en el que nos encontramos.

El Valencia C.F. es a día de hoy una verdadera calamidad en todos los sentidos. No sólo desde el punto de vista deportivo, que también; Institucionalmente, la entidad está fracturada en mil pedazos y es en estos momentos el más claro exponente de cómo una entidad deportiva mal gestionada puede pasar en pocos años de ser una de las más importantes de Europa a verse inmersa en una de las mayores miserias deportivas e institucionales que ha conocido este país.

En este momento, al haber concluido para el Valencia la jornada 28 y estando a diez para el final de Liga, ocupa momentáneamente la novena plaza y tiene un total de 36 puntos, a la espera de los resultados de mañana de Getafe, Mallorca, Deportivo y Osasuna. Tras su pronta eliminación en Champions, sólo le queda luchar por la Copa del Rey, competición en la que se encuentra en Semifinales emparejado con el F.C. Barcelona y contra el que cosechó un muy buen resultado en el partido de ida en el Campo Nou. La consecución de este título maquillaría tibiamente la mala temporada ché, sin embargo no son los resultados deportivos lo peor que el Valencia ha cosechado esta temporada.

Deportivamente, la situación del Valencia C.F. es muy difícil. La plantilla, pese a tener jugadores de una extraordinaria calidad, se encuentra totalmente apática, desmotivada, sin implicación ninguna en la causa que defienden, sin espíritu de equipo, con gravísimos problemas personales entre los propios jugadores de la plantilla ocasionados por la dirección de la entidad, con jugadores apartados del resto del plantel sin motivación alguna aparente…etc; y, naturalmente, de todo ello queda constancia en el césped jornada tras jornada, y ayer lo hizo.

Para el Valencia C.F. hubo un momento crucial en esta temporada, la salida de su entrenador, el señor Sánchez Flores. Una salida motivada en gran parte por discrepancias de criterios entre la presidencia y la figura de Amadeo Carboni por un lado, y el staff técnico por otro. En ese momento, el último elemento de peso que se toma para cesarle son los resultados deportivos. Y evidentemente, fruto de este modo de trabajo, todo empieza a verse de un surrealismo sin par. La Historia la conocemos prácticamente todos. La llegada de Koeman, el problema con Albelda, Cañizares y Angulo, juicios entre el Club y jugadores apartados, y para mí lo más importante, el clima de tensión que se respira en el estadio todos los partidos a causa del estado de crispación que vive su afición.

Como el lector podrá intuir, en este artículo no pretendemos ni mucho menos llamar la atención sobre la injusticia que se cometió en el cese de D. Sánchez Flores; no es nuestra labor inmiscuirnos en la labor de otros clubes. Ni tampoco valorar lo acertado o no de las decisiones llevadas a cabo por su Consejo de Administración. Ya es el Sevilla de hoy lo suficientemente complicado como para además hablar de la realidad del Valencia, la cual obviamente no conozco en profundidad. Sin embargo, sí quiero llamar la atención sobre lo fundamental de este hecho, que es la total ausencia de criterios deportivos para tomar decisiones de tal magnitud.

El fútbol moderno es muy complejo. Muy difícil. No tenemos más que mirar la cantidad de empleados que cada club destina a múltiples facetas, tanto deportivas como institucionales, y que tienen como único objetivo lograr triunfos que provocan a la postre el crecimiento estructural de la entidad. Es una máquina con tantos engranajes que la mella de uno sólo, por muy pequeño que sea, puede llevar al traste la labor de toda la maquinaria. Por ese motivo, en una entidad siempre se busca la estabilidad; la no intromisión de elementos ajenos y extraños que puedan alternar el día a día del grupo. Y aún así, queda lo fundamental, el ya famoso, que la pelotita entre…

La afición tiene un papel fundamental dentro de este engranaje. Tal y como comentábamos con anterioridad, un clima complicado en nuestro propio estadio no sólo provoca la ausencia de ánimos y vítores por parte de la grada [me encantaría dar con cualquier estudio sociológico que profundizara en el aspecto anímico de los jugadores de fútbol durante los 90 minutos de partido y la importancia que para ellos tiene el apoyo desde la grada], sino además aparecen los pitos, las críticas, los pañuelos blancos, las frases mal sonantes etc; en definitiva la desconfianza y la clara ventaja anímica y deportiva al rival. El ejemplo más cercano lo tenemos el Sábado pasado contra el Levante, en los segundos cuarenta y cinco minutos, o en el mismo partido de ayer. Y ahí está nuestra labor.

Sintetizando mucho, la victoria de ayer se fraguó en dos aspectos fundamentales; el primero de ellos, el buen partido del Sevilla F.C. La seriedad defensiva, la transición rápida en medio campo y la efectividad arriba. El segundo y más importante, el clima de crispación y desunión de la grada de Mestalla con su equipo. No puede suceder nunca en el Ramón Sánchez Pizjuán que en el minuto 3 de partido se esté pitando a nuestro equipo. Cuando esto suceda, estaremos muertos social y espiritualmente, y no estaremos abocados a otra cosa que no sea el fracaso en cualquier aspecto.

La situación actual del Sevilla se centra en el debate sobre nuestro entrenador y la polémica sobre el rendimiento de determinados jugadores. Por un lado, Jiménez, hipercriticado (entiéndase esta palabra en el buen sentido de la palabra, el constructivo) por la prensa y por cierto sector de la grada; por otro, una serie de jugadores que por circunstancias no están alcanzado el nivel deseado o simplemente su aportación está siendo de 0.

Todos conocemos la realidad de nuestro equipo. Aquí a nadie se le pretende hacer ver la realidad de la manera distinta a como la percibe. Eso, muy practicado en los medios de información, se denomina manipulación, y aquí no estamos para eso. Hay que ser inteligentes, consecuentes y no dejarse apabullar por creadores de opinión que responden a intereses diversos. Sólo en la moderación está la virtud. No cometamos locuras y no pongamos a los nuestros en la diana en unos momentos tan complicados e importantísimos para la entidad como los actuales. Sólo los perjudicados seremos nosotros. Nadie más. Si la labor de Jiménez o de diversos jugadores no está siendo la adecuada se evaluará a final de temporada y como se evalúa a los profesionales, por criterios única y exclusivamente deportivos.

Mientras tanto, el Sábado llega a Nervión el Atlético de Madrid. Ni más ni menos que el Atlético de Madrid. Nuestro equipo necesita de nuestro apoyo para rebasar en la clasificación a nuestro más directo rival este año. ¿Vas a dejarte embaucar por quienes pretenden sembrar el debate o la duda sobre los nuestros? ¿Vamos a convertir nuestro Ramón Sánchez Pizjuán en Mestalla? En definitiva, ¿Vas a dejar de luchar?

Jmmh

No hay comentarios: