ÚLTIMA ACTUALIZACIÓN: JUEVES 29 DE MAYO

Sevilla F.C. 1 - U.D. Almería 4. La Humillación al colectivo. (Parte 2/2)

Se presentaba la U.D. Almería en el Sánchez Pizjuán con un bagaje bastante negativo como visitante. Es muy típica esta circunstancia en los equipos recién ascendidos. Tratan de hacerse fuertes en casa acumulando el máximo número posible de puntos, para, una vez alcanzada la permanencia, desarrollar un fútbol fuera de casa con esquemas más abiertos, con más ritmo y menos presión, más atrevido en líneas generales y dejando ver en ocasiones que cuentan con jugadores de cierto nivel y talento.

El partido fue bastante extraño. Primera media hora de dominio insultante del Sevilla, con ocasiones de todos los colores y con una falta de definición preocupante. Ni que decir tiene que si hubiéramos estado acertados en alguna de las muchas ocasiones que tuvimos durante esa primera media hora, todo habría sido muy distinto. Sin embargo, el Sevilla no define y Unay empieza a verlo claro. El Sevilla se diluye en fallos defensivos e imprecisiones, y es entonces cuando, pasada la primera media hora de juego y con la seguridad que le daban los graves aprietos en los que había metido a la defensa sevillista con dos livianos ataques por banda, el Almería se abre, da un paso hacia al frente y empieza a tocar, encerrando al Sevilla en su campo.

Lento al corte, tremendamente inseguro en defensa, impreciso y desquiciado por momentos (como muestra, la amarilla innecesaria que provoca Poulsen), el Sevilla se sume en un caos táctico que desemboca en el gol en propia puerta de Dani Alves. A partir de ahí, todo se vuelve aún más negro. Continúan las imprecisiones, el marcaje zonal se diluye, al igual que la presión, y por si fuera poco, parte de la afición empieza a recriminar la actitud de muchos de sus jugadores. El partido sigue su curso, y sin tiempo apenas para reponernos del golazo de Daniel, llega el penalti a favor del Almería, una vez más provocado por un fallo de la defensa sevillista. Negredo, por intercesión divina, lanza al poste y el esférico sale rebotado hacia el córner contrario, provocando que la ilusión y la esperanza vuelvan a la grada sevillista. Con 0-1 finaliza la primera parte.

El partido se reanuda y rápidamente el Almería pone tierra de por medio. He leído en muchas crónicas que se trató de un acierto del atacante en el disparo. Es posible. Tiene mucho mérito un disparo tan potente a larga distancia. Aún así, yo discrepo. Desde mi punto de vista, se trataría de un error del portero en dos aspectos puntuales. En primer lugar, considero siempre un error del guardameta un tanto desde esa distancia, por muy bien dirigido que éste vaya. Y me reafirmo en la impresión que tuve en directo cuando veo a posteriori la posición de Andrés Palop, quien, ante la posibilidad de un disparo duro de larga distancia, se sitúa bajo palos y no ligeramente adelantado, perdiendo de este modo la enorme ventaja que para un portero representa uno o dos pasos al frente. Y en segundo lugar, el mal despeje del meta valenciano que deja la pelota muerta en la frontal del área chica para que en bandeja Negredo, una vez más, gane la partida a Mosquera y haga el segundo.

Tras el segundo gol se produce la lesión de Mosquera, de nuevo en un error defensivo, y entra en el terreno de juego el marfileño Arouna Koné. Decía nuestro entrenador la semana pasada, con buen criterio, que no se ataca más ni mejor por muchos delanteros que se tengan, sino por la posesión del balón y el saber manejar en todo momento los compases del juego. Y efectivamente, tenía razón; sin embargo, contrario a lo que había manifestado, se lía la manta a la cabeza …de perdidos al río como dijo aquél… y mete al tercer punta, ya con Renato en el terreno de juego de medio centro con tendencia ofensiva. La defensa del Sevilla, tras el cambio de Mosquera y la inclusión de Koné, pierde un efectivo, quedando David Prieto, chico del filial –no olvidar este dato-, como único defensa central. En un nuevo ataque defectuoso por banda izquierda, comandado por Adriano, se comete una imprecisión, se le entrega el balón en bandeja al contrario, quien, velozmente, monta la contra, abre a banda y en un uno contra uno ante Palop llega el tercero.

De ahí al final del partido se producirían la expulsión por roja directa a Adriano –sin comentarios-, la llegada del cuarto tanto almeriense, obra de nuevo de Negredo tras rematar in extremis un centro desde la derecha, el fallo de Kanouté en el lanzamiento de una pena máxima y el gol de éste de rechace al palo tras centro desde la banda derecha. Ahí acabó todo.

No quiero terminar este artículo sin mencionar la grandeza de la afición del Sevilla, la cual, soportando un clima tormentoso y un partido horrible tanto de los jugadores como del técnico, no paró de animar hasta el minuto 90, dando buena cuenta de su entrega y apoyo al Sevilla F.C. en los malos momentos.

PD: Las cuestiones extra-deportivas que han rodeado a la entidad durante la pasada semana y de su repercusión en los medios, será un asunto que trataré en los próximos días.

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