ÚLTIMA ACTUALIZACIÓN: JUEVES 29 DE MAYO

Sevilla F.C. 1 - U.D. Almería 4. La Humillación al colectivo. (Parte 1/2)

El partido de esta noche tiene muchísimas lecturas y una vez concluido se pueden hacer valoraciones muy interesantes sobre lo sucedido en nuestro estadio.

En primer lugar, antes de comenzar, voy a hacer un breve comentario. El sevillismo, a pesar del varapalo de hoy, debe ser inteligente. No debe caer en el pesimismo, en la desesperanza, en la crítica feroz y destructiva a todo lo que se mueva. Evidentemente, a nadie se le puede hacer ver que lo que hoy ha sucedido no ha sido una catástrofe en toda regla, pero hay que ser consciente de un hecho, de una realidad objetiva. El cuarto puesto sigue ahí, cerca, muy cerca. Quedan aún puntos en liza más que suficientes para alcanzarlo. Siendo conscientes de ello y sabiendo todo lo que esto supone, vamos a comenzar el análisis.

Concepciones del fútbol moderno. El colectivo y las individualidades.

La imagen que ha dado la U.D. Almería esta noche en el Sánchez Pizjuán ha sido la de un equipo sí mismo. Un grupo implicado, muy trabajado, en el que se combina muy bien juventud y veteranía, que sabe perfectamente a lo que juega y que es plenamente consciente de sus virtudes y de sus defectos.

Técnicamente la U.D. Almería es muy limitada. Ellos lo saben y el adversario lo sabe. Por ello, la carencia de recursos técnicos la suplen con planteamientos y entramados tácticos sobresalientes, con entrega e implicación máximas y, lo que es digno de alabar, un profundo estudio del juego a balón parado que está sentando un precedente en el fútbol español al respecto, el aprovechamiento de la estrategia.

He de reconocer que me ha impresionado sobremanera su juego en medio campo. La fortaleza física que han desplegado ha superado en todo momento al Sevilla. Su línea de presión, agresiva y adelantada a su línea de tres cuartos, ha evitado que nuestro equipo pudiera sacar el balón controlado y de forma desahogada. Del mismo modo, es de elogiar el alto ritmo que le han imprimido al partido, la verticalidad que han desplegado, la transición tan veloz a la hora de montar los contragolpes y buscar al compañero de banda. Otro apunte que denotaba lo cómodo que el equipo almeriense se encontraba en nuestro estadio era la participación en el juego de equipo de todos y cada uno de los jugadores de campo. Pedían el balón absolutamente todos. Ninguno se escondía ni se mostraba timorato al choque, a la pelea, a la disputa. Desde el punto de vista táctico, son dignos de mención los automatismos que ponían en marcha a la hora de acudir a las ayudas al compañero, las coberturas etc. Ayer se pudieron ver todos estos aspectos en el juego del Almería. Situaciones de juego que son muy complicadas ejecutarlas de modo correcto sino existe, en primer lugar, compromiso total, en segundo lugar, una claridad de ideas en lo que se quiere poner en práctica, y finalmente, una disposición táctica adecuada sobre el terreno de juego.

Al otro lado, el Sevilla F.C., a día de hoy una amalgama de buenos jugadores técnica y tácticamente, pero que a día de hoy distan mucho de ser un equipo compacto, trabajado, rebosante de compromiso y además, bastante justito en el plano físico. Jugadores que son la sombra de lo que fueron, otros que se creen los reyes del mambo y un largo etcétera.

Es muy difícil vencer a un colectivo como la U.D. Almería sin presionar desde la primera línea, sin darle la intensidad ni la concentración que un equipo de primera división requiere. (como ejemplo más claro, el segundo gol del Almería que no sube al marcador por posición antirreglamentaria). El ataque sevillista, tremendamente mal organizado y posicionado durante todo el encuentro, se basó una y otra vez en el abuso del balón largo a la frontal, de las diagonales desde la derecha, las aperturas a banda en línea de tres cuartos, por cierto, muy bien cerradas por el Almería, y en la práctica de un fútbol de salón hasta prácticamente el área pequeña que desesperaba a la grada. Planteando el partido de este modo y no trabajando alternativas en ataque, eliminas la posibilidad de sorprender al rival, tu capacidad de improvisación. El rival nos conoce y sabe cómo jugamos, nuestra disposición táctica y la estrategia de ataque que nos ha llevado a ser el conjunto más poderoso del Mundo. Además, sabe de nuestra fragilidad defensiva en muchas facetas de nuestro esquema defensivo. Por ello, hay que saber buscar, en determinadas fases de partidos como el de ayer, alternativas en nuestro juego, y eso se consigue trabajando en profundidad los esquemas de juego, los planteamientos tácticos y estratégicos de base del grupo. Todos estos defectos, lógicamente, no pasan desapercibidos por el rival, y menos cuando éste llega a Nervión comandado por uno de los entrenadores que mejor trabajan el aspecto táctico, anímico y estratégico de las plantillas en la primera división española, Unay Emery.

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