ÚLTIMA ACTUALIZACIÓN: JUEVES 29 DE MAYO

Torpeza Infinita, por Paco Galadi

Un blog personal es un sitio en el que su editor escribe sus pensamientos e ideas. ¿Y porqué se hace eso? ¿por afán de protagonismo?, no si alguien lo hará por eso, yo desde luego no. De hecho mis opiniones me generan más críticas que otra cosa. Pero como decía cierto filósofo alemán de gran bigote: “escribir es la única manera que conozco de desprenderme de las ideas y evitar que se acumulen en la mente”.

Y si no digo esto reviento. No, no es de Del Nido. No voy a hablar de su nueva foto en el autobús ni de su afán de protagonismo en todo momento, lo cual me resulta de cateto. Solo un detalle, el presidente del Español sube el último junto el equipo para recoger las medallas y Del Nido el primero. Pero no, no quiero hablar de Del Nido. Lo que quiero decir es que me repateó ayer el estómago la ocurrencia de Maresca y de Chevantón (bailando como un poseso en el balcón), mientras cantaban lo de “esta noche se muere don manuel”. Ese simple detalle, aunque parezca poca cosa, desde mi humilde punto de vista ensució la magnífica celebración que disfrutamos ayer.

¿Que pinta ese personaje siniestro en nuestro mágico momento? No se dan cuenta los que corean esa canción que la mejor manera de molestar al Betis es no recordarlo siquiera. La elegancia brilló por su ausencia en ese momento. Espero que haya algún lúcido en el club que reprima esas actitudes de cateto.

Más tarde, ya en la esplanada de gol sur, Cobeño cometió la misma torpeza.

Cuando el Betis ganó la Copa del Rey no pararon de hacer referencias al Sevilla. Resultaba penoso, daba apariencia de inferioridad. Ahora, tres descerebrados nos han puesto a su misma altura.

Yo reivindico para mi Sevilla elegancia, seriedad, sencillez, humildad, orgullo. Todos estos adjetivos equivalen a grandeza. Hay muchos caminos para llegar a ella y desde luego la prepotencia, la chuleria, el mirar por encima del hombro a los demás es el camino más largo. Dice García Márquez en su conmovedora carta de despedida del hombre: “no mires nunca a ningún hombre por encima del hombro si no es para ayudarle a levantarse”.

Para mí eso es grandeza y todo lo que represente lo contrario me sobra. Nunca admiraré al que humilla, al que desprecia, al que mira por encima del hombro. Admiro a los hombres grandes de verdad, a los que respetan, a los que se solidarizan, a los que ayudan a los demás. Esos son los grandes de verdad, los que merecen la pena.

Paco Galadi

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