No me han dolido las declaraciones de Daniel Alves. No me han dolido porque yo tengo muy claro qué es el fútbol, por qué se mueven los jugadores profesionales extranjeros (salvo raras excepciones) y como está montado el cotarro.
Todo es cuestión de conocerse a uno mismo y aceptarse. Tener claro que representa el Sevilla en el concierto futbolístico español, europeo o mundial. Si te aceptas como eres, si no te dejas llevar por los vapores de los aires de grandeza de más de uno, entonces estas cosas no te duelen.
Yo no podría hacerme hincha del Chelsea. Ni del Milán ni del Madrid ni del Manchester. Me puede gustar uno más que otro. Pero amar solo se puede amar a un club. Y yo tengo claro cual es Y esto es como con los hijos, el amor es incondicional ya estés en segunda o ganando títulos europeos. Se irá Alves como se fue Suker, Polster o Francisco y el Sevilla seguirá en mi corazón. Y Alves dejará de ser para mi algo relevante.
El amor a tu club es algo curioso. Eres capaz de idolatrar a un jugador que venga del Betis por el simple hecho de enfundarse tu camiseta. Un jugador al que antes has podido vilipendiar. Esto es el fútbol. Tiene un fuerte ingrediente de irracionalidad.
Y decía antes que si te aceptas como eres estas cosas como las declaraciones de Alves no te molestan. Si molestaría que insultara al Sevilla o a la afición. Pero Dani ha sido muy claro pero educado a la vez. Y esto es de agradecer en un mundo lleno de judas.
El Sevilla no es de esos equipos grandes en todos los aspectos del futbol mundial. Y cuando hablo de grandes me refiero a esos equipos que desde que nacieron están ganado títulos, los que siempre están ahí aunque tenga rachas negativas. Son como el Guadiana, siempre vuelven a aparecer. Me refiero a esos equipos que se pueden gastar millonadas año tras año en fichar estrellas. El Sevilla no está entre esos equipos y desgraciadamente pienso que nunca lo estará. ¡¡¡¡Que más quisiera yo!!!!
Pero lo bonito del deporte en general y del fútbol en particular es que un equipo que no pertenece a ese “selecto club” puede plantarles cara haciendo las cosas con mucho sentido como está haciendo el Sevilla en los últimos tiempos. Pero ojo, no nos engañemos. Le hemos plantado cara al Madrid y al Barcelona en la lucha por la liga una temporada, solo una. A los grandes del futbol europeo no porque todavía no hemos tenido oportunidad para ello. Ojala este año disfrutemos de esa oportunidad. Y digo esto porque muchos ya creen que el Sevilla se ha instalado en la élite y no es así. Ese selecto club deja de vez en cuando a algunos equipos disfrutar de sus mieles pero casi ninguno se queda.
El Chelsea, sin ir más lejos, nunca ha sido de ese selecto club. En Inglaterra los grandes de verdad son el Liverpool y el Manchester. Y si me apuras hasta el Notinghan Forest tiene dos Copas de Europa, algo por lo que suspira el Chelsea y no consigue. Pero este año volverá a intentarlo y pronto lo conseguirá. El Chelsea es de esos casos de equipos que asoman al selecto club y permanecen. Pero permanecen a golpe de talonario.
Yo mantengo, por mucho que quisiera que fuera al contrario, que si no podemos disfrutar de Daniel Alves más años es porque el jugador es consciente de que hay opciones mejores en varios aspectos. Dejemos al lado los sentimientos. No pretendamos que un jugador nacido en Brasil sea más sevillista que el escudo. Si se van los que nacen en Camas o en Utrera y luego parece que han nacido en la Castellana…….
Aqui lo importante es no creernos lo que no somos. Aqui lo importante es que no nos vendan motos con aire de grandeza y a la hora de la verdad resulta que el Getafe lleva gastados en fichajes para el próximo año más millones de euros que el Sevilla. Aquí se vende que el Sevilla es un ejemplo a seguir por el fútbol europeo y después te sangran literalmente con los precios de los abonos.
Es la historia de siempre. Los grandes jugadores, cuando les llega la oportunidad, se van del Sevilla. Es algo inevitable. Si no es al Chelsea se van al Madrid, al Barcelona, al Arsenal o a cualquier otro gran club.
La dualidad entre realismo e idealismo de siempre. El idealismo lo dejo para mi equipo, mi escudo, para amar incondicionalmente al Sevilla, sea lo que sea, esté donde esté, vengan los jugadores que vengan. Y el realismo lo aplico con objeto de saber, de ser consciente de qué es el Sevilla en el concierto futbolístico mundial. ¿De que me vale a mi esa pamplina de “mejor equipo del mundo”? Ese título que suena muy bonito pero que está lleno de incongruencias. ¿Como me voy a mirar yo como sevillista el ombligo de esa manera? ¿Para qué? ¿Para luego darme de bruces con la realidad al escuchar a Daniel Alves decir que se quiere, que exige irse a un grande? Yo acepto al Sevilla como es y estoy disfrutando como loco la etapa que estamos viviendo. Pero siempre con los pies en el suelo. Por eso me toca las narices que los abonos los pongan a precios indignos alegando que para codearse con los grandes tiene que ser así. Luego, cuando conviene, el Sevilla no puede pagar a los crakcs. Eso me jode, la doble moral, el doble rasero.
El Sr. Alves que se vaya al Chelsea a forrarse. Yo lo haría también si fuera futbolista brasileño. El Sr. Del Nido que exiga al Chelsea que pague lo que de verdad vale el mejor lateral derecho del mundo. Y el sevillismo a idolatrar a otros jugadores. Es la historia de nuestra vida como afición. Pero una cosa está clarísima, Daniel Alves es insustituible en el lateral derecho, se nos va un jugador que hace que lo que pagas merezca la pena porque es un espectáculo y el Sevilla pierde potencial a raudales.
Por último también quiero decir que sería justo reconocer por parte de Alves que el Sevilla lo ha hecho grande también a él. Estoy seguro de que lo reconoce. Pero no estaría de más que sus palabras fueran menos contundentes. Sería deseable que el “divorcio” transcurra por cauces amistosos. Esta relación Sevilla-Alves debe terminar como se merece y para ello todos deben de poner de su parte.
Y no quiero terminar con lo típico en estos casos que sería desearle suerte a Alves. No le desearé suerte, ni buena ni mala porque lo que le suceda al Chelsea me da igual. Si le agradezco que haya dignificado a nuestra camiseta porque como profesional ha sido intachable. Eso si es de justicia reconocerlo.
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