En Sevilla, en todos los trabajos, en todas las profesiones, existen sevillistas y béticos. Peor es que haya madridistas o culés. Y en la prensa, logicamente, tambien pasa. Ultimamente existe un “deporte” muy extendido por la red que consiste en difundir que la prensa deportiva sevillana quiere hundir al Sevilla Fútbol Club. Yo, sinceramente, me rio de este pensamiento. Ni que eso fuera posible. Llevo toda mi vida escuchando la radio, leyendo la prensa sevillana y he visto absolutamente de todo. Artículos picantes de periodistas béticos dedicados al Sevilla y viceversa. Artículos de opinión claro. Pero también he visto a periodistas linchando literalmente a su propio equipo. He visto y oido de todo. He flipado con Antonio García Barbeito, dándole estopa a Carlos Herrera, ese “bético” por novelería que no por convinción. Recuerdo también un artículo de Barbeito en el que le dio lo suyo al entrenador del AEK después de que Suker lo pusiera en su sitio.
Pero es que Sevilla es así, es dualidad. Y yo no quiero sectas. No comulgo con los sectáreos. Me gusta Sevilla así. Y no es que quiera defender a nadie. Pero no me gustan las injusticias ni el linchar por linchar.
Algunos de los periodistas béticos mas reconocidos y recalcitrantes son por ejemplo Alejandro Delmás y Antonio Burgos. Sobre todo el segundo maneja la “guasa” sevillana de manera impecable. Bautizó como “paragüero de Ikea” a la Copa de la UEFA y al margen de que a muchos molestó el comentario no se puede dejar de reconocer que la comparación fue digna del arte de nuestra ciudad. No obstante Burgos sabe perfectamente lo que significa ese paraguero.
Pues bien, aquí os dejo los últimos artículos escritos por Burgos y Delmás. Como no me gusta lo sectáreo creo que es de recibo difundir estos artículos al igual que se difunden los que pueden van con guasita. Los sentimientos son incontrolables y el lenguaje escrito no debe dejar indiferente al que lo lee. Debe despertar los sentimientos, ya sean de emoción, de alegría o de enfado.
Como veréis, en estos artículos ambos periodistas, béticos reconocidos, se rinden al ciclón rojo y blanco literalmente y no les duelen prendas reconocerlo.
Asi es Sevilla, para bien o para mal.
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