Magnífica noticia la del viaje de Jesús Navas a Chicago con el resto del equipo. Me alegro muchísimo por el equipo pero sobre todas las cosas por él mismo. Estos asuntos psicológicos son delicados hasta para comentarlos porque nadie imagina que poder tiene la mente como para conseguir que un jugador profesional de élite sufra estos trastornos que le hagan no viajar con el equipo a concentraciones más o menos largas. Parece que el bueno de Jesús ha dado por fin un puñetazo encima de la mesa y ha dicho se acabó.
Estoy convencido que los pesos pesados del vestuario han jugado un papel fundamental en esto también, arropando al “niño Jesús”. La presencia poderosa de Pablo Alfaro estoy seguro de que también ha ayudado mucho a esa sorprendente decisión de Jesús Navas, lo cual nos alegra muchísimo a todos.
No suelen ocurrir en el fútbol este tipo de situaciones. Así, a bote pronto, lo más parecido que recuerdo es la fobia de Dennis Bergkan a viajar en avión, lo cual tampoco lastró demasiado su carrera.
Es una noticia agradable al igual que el apretón de manos entre Del Nido y Juande Ramos en Chicago. Espero que dicho apretón desemboque en una relación más lógica entre el presidente y el entrenador. Personalmente estoy seguro de que lo que sientan el uno por el otro no cambiará. Pero la imagen que transmiten es fundamental para no dar carnaza a los que están deseando generar mal rollo en nuestro club y así eliminar o minimizar las fuerzas de un contricante de peso.
Enhora buena a Jesús Navas porque estoy convencido de que este paso ahuyentará para siempre sus fantasmas.
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